Hoy es 8 de abril, y es el
día del Economista Peruano, un día especial para alegrarnos y sobre todo reflexionar sosegada y proyectivamente sobre
el rol que cumplimos como profesionales en nuestra sociedad.
Los Economistas somos los
que propiciamos con nuestras ideas y acciones los buenos momentos por los que atraviesa un país, como el Perú y casi toda América Latina en los tres últimos lustros;
pero en ocasiones, también somos corresponsables de evitar a tiempo las crisis
económicas mundiales o combatirlas rápidamente, crisis como la que, a nuestro
pesar, está azolando hoy a los países del norte y ajustando las entrañas de muchas
naciones africanas y algunas latinoamericanas y asiáticas, todavía sumidas en
la pobreza y la miseria.
Los Economistas somos capaces
de imaginar y diseñar planes, programas y proyectos de desarrollo a favor de la
humanidad y en busca del bienestar
de todos o de las grandes mayorías. Nuestra labor está orientada a planificar la
utilización inteligente y provechosa de los recursos humanos, naturales y
tecnológicos, a propiciar que los
capitales humanos, financieros e institucionales se pongan al servicio del
desarrollo humano en libertad.
En esa línea, un enorme
desafío por asumir en Perú, es contribuir
a la creación de una nueva visión de desarrollo estratégico de nuestra amada patria, de sus regiones y
localidades, y seguidamente sumarnos a operativizarlo
y ponerlo en ejecución, sin descuidar la forja de los liderazgos carismáticos,
visionarios y responsables.
Es la hora de dotar al Perú de los nuevos motores para su
crecimiento y desarrollo, motores alternativos y superiores al extractivismo cuya vigencia es fortuita
y pasajera, además que tarde o temprano deviene en la fuente de la maldición de los recursos naturales, como
ya está ocurriendo en el Perú y particularmente en Áncash, plagada de corrupción,
violencia y delincuencia. Claro que detrás de éstos males sociales se esconden
la desigualdad social, la pobreza y postración que agobian a nuestro pueblo.
Es la hora de impulsar una
nueva industrialización y una economía de la información y del conocimiento basada en la innovación y la creatividad. Demos el salto histórico, ahora. Para ello, motivemos a los
gobernantes planificar e invertir decididamente en capital humano, en
investigación científica y tecnológica, en aumentar la productividad y
competitividad. Para ello tenemos a la vista unos buenos ejemplos de los tigres
asiáticos, de China e India y también de Brasil, México y Chile, países
hermanos de América Latina que nos llevan la delantera en cambios y emprendimientos. Sigamos sus pasos.
En esta fecha, no podemos dejar de mencionar al Dr. Virgilio Roel Pineda, extinto
Decano del Colegio de
Economistas del Perú, maestro de maestros e investigador universitario peruano cuya herencia intelectual es vasta y valiosa, quién además de aportar en la creación de la
Facultad de Ciencias Económicas, Administrativas y Contables de la UNASAM en
esta Región, a inicios de los 90s, también aportó en la formalización de la Asociación de Economistas de Áncash,
sobre cuya organización se alzó años después el Colegio de Economistas de Áncash, hoy
lamentablemente postrado y
olvidado en las sombras.
Esperemos que nuestro Colegio se levante como el ave
Fénix desde sus cenizas y se convierta en la organización más importante para promover
el desarrollo de Áncash y del país. Esta
es la hora.
¡Feliz día colegas economistas de Áncash!
¡Feliz díaeconomistas del Perú!
¡Feliz día colegas economistas de Áncash!
¡Feliz díaeconomistas del Perú!