¿Qué es El Niño?
El Niño es un fenómeno meteorológico erráticamente
cíclico que consiste en un cambio en los patrones de movimiento de las
corrientes marinas en la zona intertropical que da lugar a una superposición de
aguas cálidas procedentes de la zona del hemisferio norte inmediatamente al
norte del ecuador sobre las aguas de emersión muy frías (1).
¿Por qué el nombre de Corriente de El Niño?
El nombre de El Niño se debe a los
pescadores del puerto de Paita, al norte de Perú, que desde tiempos antiguos observaron
que las aguas del sistema de corrientes de Humboldt (o del pacífico oriental),
vale decir la corriente que corre desde
la costa central de Chile por el sur hasta el norte frente a las costas
septentrionales de Perú, se calentaban en algunos años en la época de las
fiestas navideñas y asociado con ello los cardúmenes o bancos de peces
desaparecían de la superficie oceánica, afectándolos, precisamente debido a la
corriente de agua caliente procedente del golfo de Guayaquil (Ecuador).
A este fenómeno cíclico y errático le dieron el nombre de Corriente de El Niño, por su relación con la época
de Navidad y las celebraciones del nacimiento del Niño Jesús.
Naturaleza del fenómeno de El Niño
El Niño no es un fenómeno
solamente peruano, sino de escala global. Ocurre durante la fase negativa de oscilación
del Sur. Precisamente su nombre científico es Oscilación del Sur El Niño (2).
Llega a las costas de América del Sur entre tres a cinco años,
aproximadamente en diciembre y marca el inicio de la estación cálida y húmeda. Esta
situación provoca estragos en algunas zonas debido a las intensas lluvias,
afectando principalmente a América del Sur, tanto en las costas de Pacífico
(principalmente) como en las atlánticas.
Las evidencias demuestran que este fenómeno se está haciendo más frecuente
y de mayor impacto climático y destructivo. La causa de este fenómeno es poco
conocida, pero parece estar relacionada con
los cambios inversos en la presión atmosférica entre el pacífico oriental,
alrededor de Indonesia y Australia, y el pacífico occidental, a la altura de Perú
y Ecuador; también se le vincula a los movimientos de los Vientos Alisios (3 y
4).
Las aguas de El Niño tienen bajo
contenido de sal, pocos nutrientes, su temperatura favorece a la mayor evaporación
y por ende a las precipitaciones pluviales en el litoral y sobre todo en la
sierra, lo cual influye en el clima y las actividades productivas: la pesca se
ve afectada al ahuyentar las especies marinas de agua fría como la anchoveta; las
aves guaneras no consiguen alimentos suficientes; y se produce la
multiplicación de la flora silvestre en las zonas desérticas.
Sin embargo, El Niño puede
provocar lluvias intensas que, por un lado pueden ser beneficiosas para las
zonas desérticas y, por otro, dañar los cultivos y consecuentemente disminuir
las cosechas, hasta el punto de desencadenarse en inundaciones, limitar las siembras
y demás labores culturales. Además, el exceso de humedad puede impedir el secado y almacenamiento de productos
agropecuarios para su comercialización, erosionar el suelo (por el arrastre de las
capas fértiles); y contribuir a la desertificación
(4 y 5).
En la sierra andina, los excesos de lluvia pueden provocar las llocllas (equívocamente llamadas huaycos)
e inclusive aluviones con efectos desastrosos para la vida humana, la
agricultura, las viviendas, la infraestructura vial, productiva y social de la población
al inundarse las áreas rurales y urbanas.
Últimos reportes del NOAA
Los
científicos del Centro de Predicciones de la Administración Oceánica y
Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA), han dicho en un comunicado que
las aguas del Océano Pacífico Oriental se están calentando inusualmente y esto
podría ocasionar que el fenómeno de “El
Niño” sea más intenso
que los anteriores. Hay una probabilidad superior al 90% de que El Niño se prolongue en el hemisferio norte a
lo largo del invierno 2015-2016, y una probabilidad alrededor de un 85% de que
se prolongue hasta la primavera de 2016"(6).
Las temperaturas
superficial del mar inusualmente cálidas en el Océano
Pacífico ecuatorial (arriba) permite advertir a El Niño, que se caracteriza por
temperaturas inusualmente cálidas; y La Niña por temperaturas inusualmente
frías (en azul), también en el Pacífico ecuatorial. Las anomalías (abajo)
representan las desviaciones de los valores normales de temperatura.
De manera que “El Niño” podría tener carácter "extraordinario", con volúmenes de lluvias entre cuatro y ocho veces superior a
las de un fenómeno ‘fuerte’, por lo que los expertos recomiendan al
Estado prepararse en términos económicos para afrontar desastres y ayuda a
damnificados
Recomendación
Por tales razones, es recomendable que los Estados y los gobiernos de los países y regiones probablemente a ser afectados por "El Niño", entre ellos Perú y Ecuador, se preparen económica y técnicamente para afrontar los impactos y, en esa línea, ordenen las autoridades el monitoreo de las lluvias, lagunas y ríos de la costa y sierra, de manera permanente y a nivel global, para dar la voz de alarma de sus consecuencias y prevenir los desastres.
Asimismo, es prudente anticipar la construcción
y mantenimiento de obras civiles que aminoren los impactos negativos y no reaccionar
recién durante o después de los desastres. Complementariamente, también es necesario
fortalecer las organizaciones civiles y la planificación de acciones para la
seguridad y el salvataje de la población en riesgo.
Referencias