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sábado, mayo 13, 2017

¿ES ÁNCASH UNA SOCIEDAD CONDENADA?

La siguiente frase parece escrita exprofesamente para el departamento de Áncash de estos tiempos (e incluso para el Perú de hoy). Le corresponde a la célebre filósofa objetivista y escritora estadounidense Alissa Zinovievna Rosenbau, gran defensora de los derechos humanos y la libertad individual, nacida en San Petesburgo, Rusia, y que en 1957 publicara como Ayn Rand la espléndida y extensa obra titulada La rebelión de Atlas[i]


A lo largo de las mil y cien páginas del libro, se va describiendo cómo los burócratas, los empresarios que viven de las prebendas y los dirigentes sindicales van ahogando la actividad económica en una carrera enloquecida por apoderarse del fruto del trabajo de los creadores de la riqueza.
Ayn Rand recurre sistemáticamente a la palabra saqueo y saqueadores, para describir a aquellos que usan el monopolio del poder y la fuerza del Estado para, siempre bajo los argumentos de solidaridad social, osan apropiarse del ingreso de la gente productiva y cuando no de las rentas y propiedades del Estado.
El final de La rebelión de Atlas es obvio. Si son pocos los que producen y muchos los que consumen y si, además, a los pocos que producen el Estado los aplasta con impuestos, regulaciones, extorsiones y demás medidas compulsivas, se llega a un punto donde el sistema económico termina colapsando. El texto de Ayn Rand en el libro es especial y profético[ii].
Pero lo más grave ocurre cuando los pocos que producen, como sucede en La Rebelión de Atlas, deciden refugiarse en una zona extranjera, fuera del alcance de los burócratas y corruptos. En ese momento, no queda nadie para producir y los burócratas entran en desesperación dado que ya no tienen cómo conseguir recursos para "redistribuir solidariamente" porque los que producían se cansaron de ser saqueados. Es más, los corruptos entran en pánico porque tampoco tienen a quien "coimear" ante la ausencia de la producción.
Dicen que la ficción pinta de cuerpo entero la realidad; y otros más, que la realidad supera la ficción. De manera que quienes haya leído La rebelión de Atlas probablemente encuentren, como el suscrito, que nuestro departamento ancashino tiene una fuerte coincidencia con el libro de Ayn Rand, inclusive todo nuestro país. La burocracia ahoga la capacidad de emprendimiento e innovación de la gente productiva con múltiples y arbitrarias regulaciones y limitaciones y no las deja nacer y/o crecer.
A diario nos enteramos de casos tan escandalosos de mega corrupción y de grandes saqueos a las arcas públicas por los malos gobernantes y sus funcionarios en pacto con las corporaciones mafiosas como Odebrecht y asociados, en la suscripción y ejecución de contratos de obras públicas viales como el Asfaltado de la vía Carhuaz-Chacas_San Luis y otras tantas inconclusas que han llenado y siguen llenando las primeras páginas de los medios de comunicación masiva.
También el caso referido al caso del Canon Minero que no fluye a los que más necesitan en el interior de Áncash y mucho menos a los que se más se esfuerzan y producen. El pueblo trabajador, el pueblo productivo organizado en la forma de MYPES, PYMES, agricultores individuales, pescadores, artesanos o comunidades campesinas, e incluso los informales, se hallan marginados u olvidados a su suerte. De ellos, sólo unos pocos reciben alguna migaja (como las retribuciones otorgadas en el “plan H en San Marcos”, a costa de no reclamar el impacto de las causas), pero más se benefician por angas y mangas los amigos “infiltrados” de los gobernantes de turno, su clientela electoral, pues reciben las dádivas de todos o casi todos los programas sociales asistencialistas que, además, al afincarse indefinidamente entre los pobres, terminan por mutilar sus capacidades productivas heredadas desde sus ancestros y vivir de los regalos.
En verdad, el aparato público utiliza cuánto medio tiene a su alcance para destruir empresas, o bien ahogarlas financiera y económicamente mediante impuestos o tributos, licencias y controles de todo tipo y hasta persecuciones de los organismos públicos, hecho que no lo hacen con las corporaciones extranjeras. Más aún, los bienes y propiedades del Estado terminan vendidos a precios subvaluados para beneficiar a los pocos amigos de los poderosos funcionarios o de algunas corporaciones internacionales "coimeras". Simplemente rematan el país y el departamento a precios de ganga y terminan por arrojar a la calle, sin el menor reparo u consideración, a los sufridos trabajadores nacionales.
Hoy, el ancashino siente que no tiene futuro, sobre todo los jóvenes llamados “nonis” (No trabaja ni estudia). No visualiza un mediano y mucho menos un largo plazo que le permita planificar y construir su desarrollo. Se limita a levantarse todas las mañanas y ver cómo puede hacer para sobrevivir o morir en el intento.
¿Por qué está ocurriendo esta situación de angustia e incertidumbre que ya se ha hecho una constante desde los ochentas y más aún de los noventas? Por lo visto porque el gobierno central y los gobiernos subnacionales, regional y locales en su mayoría, han sido tomados por gente inescrupulosa que, por las razones que fueran, se han convertido en mafias y en la cleptocracia, que no sólo saquean los recursos públicos sino demuelen la economía interna (agricultura, pesca, industria, turismo, etc.)  y la sesgan a lo que es más fácil permitiendo que las corporaciones extranjeras extraigan sin mayor control los minerales del subsuelo, a cambio de unos impuestos rebajados que equívocamente lo llaman canon minero, y cuyo tamaño nunca lo sabe el pueblo, canon que depende directamente de los sensibles precios de los metales allá en China, Europa o Estados Unidos, que en tiempos de expansión creció como espuma e hizo abundar el dinero, en gran parte para los fascinerosos, pero ahora, en épocas de desaceleración económica, anda de mal en peor.
Cuando se verifica la evolución de los indicadores económicos más confiables y se observa la constante decadencia regional en forma de mayor desocupación, pobreza dura, indigencia y desigualdad, no se puede menos que pensar que todo Áncash no es en el fondo inconsciente, y demanda una gigantesca Rebelión de Atlas por los que quieren producir, pero están saturados de tanta burocracia, tanta corrupción, tanta mediocridad e incertidumbre en las reglas de juego y comienzan a bajar los brazos, dejando de invertir y de producir más eficientemente, porque saben que cuánto más esfuerzo hagan ahí estará el Estado y sus cleptócratas para hacer fluir el dinero hacia sus propios bolsillos o a favor de los que trafican favores.
Bajo esta política de ahogar la producción interna, la capacidad de emprendimiento e innovación y de acrecentar ilimitadamente la corrupción, en palabras de Ayn Rand, "Áncash es una sociedad condenada".
Por eso, Áncash solo podrá salir de esa condena el día que, para producir, no haya que tener la autorización del que nada produce; cuando el dinero fluya hacia quienes producen en vez de ir a los traficantes de favores y advenedizos; cuando la gente laboriosa esté protegida por la ley y sea premiada; cuando la corrupción sea perseguida y aniquilada de raíz, y no como ahora que goza de la impunidad, de la protección de “los de arriba” e inclusive de los propios hacedores de la justicia.
El problema no es sólo económico, social o político, sino también de valores. Los que hoy existen son prácticamente antivalores, es decir, valores totalmente distorsionados o puestos de cabeza. Es por eso que el trabajo, estudio y la iniciativa del emprendimiento y la inversión interna han dejado de ser merituados o recompensados; por el contrario, son castigados por las cúpulas dominantes de la cleptocracia afincada en el gobierno central del país y también en el de esta parte del país.

Tal vez la esperanza de Áncash -por ahora una sociedad condenada- pueda reverdecer algún día al erguirse virilmente La Rebelión de Atlas o una especie de libertad y justicia nuevas que abran paso al desarrollo y bienestar ancashino.


[i] El Mundo. En http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/ellas/2011/06/20/ayn-rand-y-la-sociedad-condenada.html
[ii] Tinta Guerrerense. En https://tintaguerrerensedotcom.wordpress.com/2015/10/10/la-rebelion-de-atlas-novela-en-pdf-de-ayn-rand/

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