Escribe: Enrique Huerta Berríos
Atomización es el acto y la consecuencia de atomizar, verbo que, a su vez, puede referirse a propagar un líquido como el alcohol mediante la expulsión de gotículas, o sea pulverizar o segmentar una cosa en porciones minúsculas o muy pequeñas, como lo dice la RAE. Algo así parece que ocurrirá en las próximas elecciones presidenciales y del congreso del Perú, pues el anuncio de la ONPE, que emitió los resultados de la elección de 23 fórmulas presidenciales el pasado lunes 06 de diciembre de 2020, permite adelantar esa predicción. Aquí la lista previa del primer avance de la ONPE emitido a fines de noviembre último.
Visto lo anterior, es evidente que, en el terreno de la política nacional, se está revelando una atomización de la partidocracia, pues en las próximas elecciones presidenciales y congresales de abril 2021 tendremos nada menos que 23 candidaturas a la Presidencia de la República junto a 46 candidatos a vicepresidentes y 2,990 candidatos a congresistas. Sencillamente, hay 23 partidos y/o movimientos políticos que disputarán el gobierno del país, tanto en el ejecutivo como en el legislativo.
¿Y los electores? Los electores sumarán 25 millones 288 mil personas, aproximadamente, donde los mayoritarios jóvenes menores de 39 años, pertenecientes a la generación Millenials y también de la generación Z, serán los que determinen la suerte de los que aspiran a ser gobernantes. De modo que los planes de gobierno y mensajes electorales deberían prepararse para atender las demandas de estas generaciones y encantarlos mediante una comunicación eficaz.
Esperemos que el buen juicio y las recientes experiencias de lucha contra el golpe de Estado pesen en la escogencia de los mejores candidatos por parte de los electores, aunque la volubilidad del electorado puesta de manifiesto en otras oportunidades hace presagiar sorpresas.
Llama la atención que, todo este jolgorio está ocurriendo precisamente casi al cumplir los 200 años de la Independencia Nacional; es decir en el Bicentenerario de la Independencia Nacional. No quepa duda de que en el Perú la formación del Estado-Nación sigue todavía en pañales y queda mucho por trabajar, y lo mismo, aún no entra en la agenda política la definición de un proyecto nacional consensuado.
Vista las listas variopintas, es posible pronosticar una probable atomización del electorado peruano en pequeños grupos opcionales, por cuanto los votos se repartirán entre esos muchos partidos y/o movimientos políticos, salvo que surja un autsider inesperado que concentre la atención del electorado con un mensaje encantador.
Por tanto, es también posible vaticinar que se produzca una atomización o pulverización de los votos para elegir a los congresistas, cuyas listas electas serán pequeñas, poco dominantes y variopintas dentro del próximo Congreso; pero, en contrapartida, más difíciles de concertar o consensuar decisiones gubernamentales importantes, salvo el surgimiento de un liderazgo carismático y consensuador en su interior.
De ocurrir aquella atomización previsible, es de temer que se ahonde y/o se entrampe la actual crisis política nacional que ya está debilitando la gobernanza y conmocionando al país con una serie de conflictos avivados por la creciente cleptocracia de la élite política y de los negocios oligárquicos, la desigualdad patrimonial y de ingresos y, por supuesto, la grave crisis de la pandemia COVID-19 que ha logrado desplomar a la economía nacional y, ahora, a duras penas, se viene recuperando en medio de los contagios, muertes y la incertidumbre respecto del futuro. Dios nos coja confesados cuando lleguen los futuros gobernantes fortuitos.
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