Referencia
Meadows, Dennis. Los límites del crecimiento.
Huerta, Enrique. En https://econoblognet.blogspot.com/2011/08/que-significa-google-como-se-origino.html
Se cumplen 100 años de cuando los
trabajadores del Perú, iluminados por los Mártires de Chicago,
emprendieron la lucha por implantar la jornada de las 8 horas de trabajo en sus centros de labor, hasta que lo conquistaron y heredaron al país entero. Se trata de un episodio histórico y laboral relevante para el pueblo peruano; una bandera de la justicia social que los trabajadores debemos enarbolar por siempre.
Jornada de las 8 horas: una reivindicación básica del trabajador mundial
Una de las reivindicaciones esenciales
de los trabajadores del mundo era la jornada de 8 horas, lo cual significaba hacer
valer la máxima de 8 horas para el trabajo, 8 horas para el sueño y 8 horas
para la casa, todo un ideal humano. En este contexto se suscitaron varios movimientos en el mundo. En
1829, por ejemplo, se formó un movimiento para solicitar la jornada de 8 horas a
la legislatura de Nueva York, por cuanto hasta entonces existía una ley que
prohibía trabajar más de 18 horas, salvo casos de necesidad, con lo cual la jornada
laboral se extendía todavía más.
La mayoría de los obreros norteamericanos estaban afiliados a la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo, pero tenía
más preponderancia la American Federation of Labor, Federación Estadounidense
del Trabajo -en español-, de origen anarquista. Esta entidad, en su cuarto
congreso, realizado el 17 de octubre de 1884, había resuelto que desde el 1 de
mayo de 1886 la duración legal de la jornada de trabajo debería ser de 8 horas.
En caso de no obtener respuesta a este reclamo, se iría a una huelga. Para el
efecto recomendaba a todas las uniones sindicales a tratar de hacer promulgar
leyes con ese contenido en todas sus jurisdicciones.
La indicada resolución
despertó el interés de todas las organizaciones laborales, esperanzados en que
la jornada de 8 horas posibilitaría obtener mayor cantidad de puestos de
trabajo en circunstancias que cundía la desocupación. Esos dos años se acentuaron
el sentimiento de solidaridad y se acrecentó la combatividad de los
trabajadores en general para lograr la gran reinvindicación.
Ante semejante presión, en
1886, el presidente de los Estados Unidos Andrew Johnson promulgó la llamada
Ley Ingersoll estableciendo las 8 horas de trabajo diarias. Al poco tiempo, 19
estados de la unión sancionaron leyes que permitían trabajar jornadas máximas
de 8 y 10 horas; pero siempre con cláusulas que permitían hacer trabajar a los
obreros entre 14 y 18 horas. Las insoportables condiciones de trabajo siguieron
siendo casi similares, al igual que las difíciles condiciones de vida que
seguían sufriendo los trabajadores.
Las luchas por conseguir la
jornada laboral de las 8 horas siguieron hasta que culminaron en la huelga del
1º de mayo de 1886 en los Estados Unidos de Norteamérica, en donde murieron los
Mártires de Chicago tras el ajusticiamiento por sus justas y humanas reclamaciones.
Precisamente este hecho marca el origen de la celebración internacional en esa
fecha, cuando se instituyó en homenaje póstumo a los caídos en la lucha.
Conquista de la Jornada de 8 horas en Perú
En nuestra patria, la
conquista de las 8 horas de jornada laboral se logró, recién, después de 33
años de lo ocurrido en Chicago, y fue producto de las luchas internas libradas
exitosamente por los trabajadores de nuestro país.
El 4 de enero de 1919 ya se
contaban 3 días de huelga de los panaderos quienes reclamaban al Gobierno bajar
la jornada laboral imperante de 16 horas. El lunes 13 de enero, los obreros
reunidos en la Biblioteca Ricardo Palma del parque de la Exposición dieron vida
a la Asamblea de Sociedades Unidas y presentaron una moción: la declaratoria del paro general de 48
horas. La huelga fue impulsada por los gremios clave de ese entonces: panaderos,
tejedores, tranvieros, carroceros y herreros con el apoyo de la Federación de
Estudiantes del Perú. Entre otras medidas de lucha, los huelguistas impidieron
el tráfico en la ciudad capital, los tranvías fueron apedreados y la línea
férrea interceptada.
El 15 de enero, los
representantes del Comité de Reclamaciones de los sindicatos fueron recibidos
en el Ministerio de Fomento y Obras Públicas por el ministro Manuel Vinelli. El
16 de enero se publicó en El Peruano el histórico decreto de las 8 horas de
jornada laboral firmado por el presidente civilista José Pardo.
Primeros 100 años de las ocho horas de jornada en Perú Esta importante conquista
social no fue un milagro ni cayó del cielo, por el contrario, sobrevino como consecuencia de una
serie de luchas sacrificadas que realizaron los trabajadores peruanos desde las
postrimerías del siglo XIX e inicios del siglo XX. Prácticamente 1919 fue el año culminante. En esa difícil coyuntura, es importante destacar el apoyo decisivo del movimiento estudiantil dirigido por la Federación de Estudiantes del Perú, así como de otros sectores populares identificados con el sector laboral. Un
antecedente determinante de este logro también lo fue la conquista de las 8
horas por parte de los trabajadores del muelle Dársena del Callao en el año
1913.
El hondo significado histórico y proyectivo del 1° de mayo El 1° de mayo se trata, pues, de una heredad
histórica mundial y nacional, un hecho popular valioso, memorable y proyectivo, digno de
recordar y homenajear, un momento para aquilatar la gran lección que nos dieron los Mártires de Chicago y los líderes laborales que hicieron posible la jormada de 6 horas en nuestro país; una oportunidad de aprendizaje para las nuevas generaciones
de peruanos y un ideal que levantar en el futuro como la bandera de lucha en el incesante trajinar por la defensa de los derechos laborales ya conquistados, crear
otros nuevos e innovadores y así seguir edificando no sólo el bienestar de los trabajadores, sino también de las familias y de toda la sociedad peruana, una sociedad, por
ahora, sumida en la mayor cleptocracia encabezada por sus políticos y funcionarios de más alto nivel en lo que va desde su independencia y vida republicana. En las circunstancias actuales, la gente está repleta de miedo y desesperanza por la creciente tasa de desempleo -especialmente juvenil y de las mujeres- la violencia social y desaceleración económica nos está conduciendo a la trampa de la pobreza y desigualdad.
Compatriotas, como certeramente lo anticipó el inmortal bardo peruano César Vallejo: "hay, hermanos, mucho por hacer".
Referencia
“El
Peruano” (2019). Recuperado en https://elperuano.pe/
En la colonización de América, a finales del siglo XV, se mató a tantas
personas que se perturbó el clima de la Tierra.
Jonathan Amos Corresponsal de Ciencia de la BBC
31 enero 2019
Esa es la conclusión de un grupo de científicos del University College
de Londres (Reino Unido). Esto quitó suficiente dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera como para que, con el tiempo, se enfriase el planeta.
Se trata de un período de
enfriamiento al que los libros de historia a menudo llaman la "Pequeña
Edad de Hielo".
¿Qué muestra el estudio?
Derechos de autor de la imagen GETTY IMAGESImage captionDurante la "Pequeña Edad de
Hielo" el río Támesis, en Londres, se congelaba regularmente en invierno.
El equipo revisó todos los datos de población existentes sobre el número
de personas que vivían en América antes del primer contacto con los europeos,
en 1492.
Luego analizaron cómo cambiaron esos
números en las siguientes décadas por la devastación por enfermedades
introducidas (viruela, sarampión, etc.), las guerras, la esclavitud y el
colapso social.
Según las estimaciones de este grupo
de científicos, a finales del siglo XV vivían en América 60 millones de
personas (aproximadamente el 10% de la población mundial), que se
redujeron a solo 5 o 6 millones en un período de cien años.
"La masacre de los pueblos
indígenas de América condujo al abandono de suficiente tierra cultivada como
para que la absorción de carbono terrestre resultante tuviese un impacto
detectable tanto en el CO₂ atmosférico como en las temperaturas
de la superficie terrestre", afirman Alexander Koch y sus colegas en su
artículo publicado en Quaternary Science Reviews.
Los científicos calcularon cuánta tierra previamente cultivada por
civilizaciones indígenas habría caído en desuso y cuál sería el impacto si en
esta tierra crecieran bosques y sabanas.
Derechos de autor de la imagenMARK RALSTON / GETTY
IMAGESImage caption
Según algunos científicos, a finales
del siglo XV vivían en América 60 millones de personas, que se redujeron a solo
5 o 6 millones en un período de cien años.
Se trata de un área de 56
millones de hectáreas, un tamaño parecido al de Francia.
Se calcula que esta escala de recrecimiento vegetal redujo suficiente CO₂ como para que la concentración de este gas en la atmósfera disminuyese
en 7-10 partes por millón (es decir, 7-10 moléculas de CO₂ en cada millón de moléculas en el aire).
"Para ponerlo en el contexto moderno, actualmente producimos
aproximadamente 3 partes por millón (ppm) por año. Por lo tanto, estamos
hablando de una gran cantidad de carbono extraído de la atmósfera",
explica el profesor Mark Maslin, coautor del estudio.
"Hay un marcado enfriamiento alrededor de esa época (1500-1600) que
se llama 'Pequeña Edad de Hielo'", continúa.
"Lo interesante es que hay
procesos naturales que influyen un poco en el enfriamiento, pero, en realidad,
para llegar al enfriamiento completo -que duplica a los procesos
naturales- hay que añadirle esta caída en CO₂ generada por la
masacre".
¿En qué se basan para afirmar esa
conexión?
Derechos de autor de la imagen PALLAVA BAGLA / GETTY
IMAGES Image caption Un núcleo de hielo es una muestra
cilíndrica de hielo que se obtiene mediante la perforación del sustrato.
Permite estudiar las características del hielo acumulado en el curso del largos
intervalos.
La caída de CO₂ en la mencionada época es evidente en los registros del núcleo de hielo
de la Antártida. Las burbujas de aire atrapadas en estas muestras congeladas
constatan unacaída en la
concentración de dióxido de carbono.
La composición atómica del gas sugiere, además, que la disminución está
impulsada por procesos terrestres en algún lugar de la Tierra.
El equipo de investigadores agrega que la historia encaja con los
registros de depósitos de carbón y polen en América.
Estos registros muestran el tipo de
alteración esperada por la disminución del uso del fuego para gestionar la
tierra y un gran recrecimiento de la vegetación natural.
Ed Hawkins, profesor de ciencias del clima de la Universidad de Reading
(Reino Unido), no participó en el estudio, pero comenta: "Los científicos
creen que la llamada Pequeña Edad de Hielo fue causada por varios factores: una
caída de los niveles de dióxido de carbono de la atmósfera, una serie de
grandes erupciones volcánicas, cambios en el uso de la tierra y una disminución
temporal de la actividad solar".
"Este nuevo estudio demuestra que la caída de CO₂ en parte se debe a la llegada de los europeos a América y a la
consiguiente caída de la población indígena, lo que permitió el recrecimiento
de la vegetación natural", dice Hawkins.
Derechos de autor de la imagenCHRISTOPHER FURLONG /
GETTY IMAGESImage captionLas propuestas para frenar el el
calentamiento global se enfrentan a grandes desafíos.
Y agrega: "Esto demuestra
que las actividades humanas afectaban al climamucho antes del inicio de la
Revolución Industrial".
¿Se pueden sacar lecciones para la
política climática moderna?
Chris Brierley, coautor del estudio,
asegura que las consecuencias de la terrible disminución poblacional y el
aumento de vegetación salvaje en América ilustran el desafío al que enfrentan
algunas soluciones propuestas para frenar el calentamiento global.
"Se habla mucho sobre los enfoques de 'emisiones negativas' y de la
plantación de árboles para eliminar CO₂ de la atmósfera y
mitigar el cambio climático", explica Brierley a la BBC.
"Lo que vemos en este estudio es la escala que se requiere para
conseguirlo", dice.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage caption Los científicos creen que las
actividades humanas afectaban al clima mucho antes del inicio de la Revolución
Industrial.
En palabras del experto: "La masacre hizo que se reforestase un
área del tamaño de Francia y el resultado fue solo unas pocas partes por
millón. Esto es útil porque nos muestra lo que puede conseguir la
reforestación".
"Pero, al mismo tiempo, se
trata de una reducción que equivale tal vez a solo dos años de emisiones de
combustibles fósiles a la tasa actual".
El estudio también arroja luz en las discusiones sobre la creación de
una nueva etiqueta para describir la época -y el impacto- de la humanidad en la
Tierra.
Esta época se llamaría Antropoceno y actualmente existe un agitado
debate sobre cómo se tiene que reconocer en el registro geológico.
Algunos investigadores afirman que sería más obvio en los depósitos que
registran la gran aceleración de la actividad industrial desde la década de
1950.
Pero el equipo de científicos del
University College de Londres argumentan que la masacre en América muestra que
hay interacciones humanas que dejaron una marca profunda e indelebleen el
planeta mucho antes de mediados del siglo XX.