martes, junio 07, 2016

EFECTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN EL PERÚ Y AMÉRICA LATINA

El cambio climático es un fenómeno mundial que está alterando los patrones normales del clima y provocando sequías, inundaciones, derretimiento de los glaciares, subida del nivel del mar, todo lo cual está impactando en la población humana y la diversidad de especies vivientes. Aquí una reflexión breve y crítica con ocasión del Día Mundial del Ambiente.
El estilo de crecimiento económico dominante en el globo viene aumentando la temperatura de la superficie terráquea y de los mares, lo cual impacta en la disminución de la extensión de hielo marino y cordillerano y el deterioro de los recursos naturales y especies vivientes del planeta, incluido el homo sapiens. Urge una solución sistémica y radical, pero consensuada globalmente entre países y dentro de ellos.

Definición de cambio climático

El cambio climático es una de las amenazas más evidentes y peligrosas para el planeta y sus habitantes, por sus nefastos efectos en la tierra, el aire y el agua del mundo. Consiste en la modificación estadística observada en los patrones meteorológicos durante un periodo prolongado de tiempo (entre años y millones de años), conforme lo  define las Naciones Unidas.

El referido cambio supone la alteración de los patrones climáticos considerados normales y adecuados, por causa del calentamiento global, lo cual afecta al hombre y las demás especies vivientes, partiendo por la seguridad alimentaria, la salud, habitabilidad de las ciudades y del campo, la diversidad de formas de vida natural, por cuanto se traduce en sequías, inundaciones, derretimiento de glaciares y subida del nivel de los océanos y mares. Es inherente al cambio climático la incertidumbre con relación al comportamiento del sistema climático, lo cual dificulta el proceso de previsión y adaptación a los cambios referidos (1).

Objetividad del cambio climático

El cambio climático es un hecho evidente, una realidad objetiva y objetivable. El calentamiento del sistema climático del mundo está en marcha desde finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, tal como se demuestra inequívocamente  en el gráfico precedente, donde se notan que los aumentos observados del promedio mundial de temperatura de la superficie terrestre y de los océanos, primero de manera leve y después a mayor velocidad, sobre todo desde los años setentas.

Otro hecho evidente, ligado al anterior, es la disminución gradual de la extensión de marino en el Ártico en verano, tal como se puede también constatar en el gráfico,  y junto a ello, también las nieves y hielos de las cordilleras y picos montañosos. Asimismo, es también evidente  el aumento del promedio mundial del nivel del mar.

Según el Informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (2), las observaciones efectuadas en todos los continentes y en la mayoría de los océanos permiten afirmar que numerosos sistemas naturales están siendo afectados por los  cambios del clima regional, particularmente por un aumento incesante de la temperatura. 

En efecto, los cambios experimentados por la nieve, el hielo y el terreno congelado se han incrementado notablemente el número y la extensión de los lagos glaciales y, estos a su vez, han aumentado la inestabilidad del terreno en las regiones montañosas creando riesgos de deslizamientos. Asimismo, han inducido a cambios en ciertos ecosistemas árticos y antárticos.  Por otro lado, algunos sistemas hidrológicos han resultado también afectados por el aumento de la temperatura, tanto en el aumento de la escorrentía y anticipación de los caudales máximos en las épocas de estiaje en numerosos ríos y cuencas alimentados por glaciares y por nieve, como también en los efectos sobre la estructura térmica y la calidad del agua, de los ríos, lagos y lagunas sometidos al aumento de la temperatura. 

Impacto Proyectado para América Latina
De acuerdo con el informe de los expertos antes referido, hasta mediados del siglo (XX), los aumentos de temperatura y las correspondientes disminuciones de la humedad del suelo originarían una sustitución gradual de los bosques tropicales por las sabanas en el este de la Amazonia. La vegetación semiárida iría siendo sustituida por vegetación de tierras áridas. Podrían experimentarse pérdidas de diversidad biológica importantes con la extinción de especies en muchas áreas de la América Latina tropical. La productividad de algunos cultivos importantes disminuiría, y con ella la productividad pecuaria, con consecuencias adversas para la seguridad alimentaria. En las zonas templadas mejoraría el rendimiento de los cultivos de haba de soja. En conjunto, aumentaría el número de personas amenazadas por el hambre. Los cambios en las pautas de precipitación y la desaparición de los glaciares afectarían notablemente a la disponibilidad de agua para consumo humano, agrícola e hidroeléctrico.

Es necesario añadir también que, por un lado, ¼ de la población de América Latina se dedica a la agricultura y vive de ella, precisamente una de las actividades más vulnerables al cambio climático y que pueden recrudecer la pobreza extrema rural; y por otro, que  el 60% de pérdida de la biodiversidad del globo está determinado por los actuales patrones de producción que usan los combustibles fósiles y generan anhídrido carbónico y el efecto invernadero.



El cambio climático y sus efectos en el Perú

Para Jon Bickel (3), representante de la Fundación Suiza de Cooperación para el Desarrollo Técnico Swisscontact, el país debe enfrentar diversas amenazas de origen hidrometeorológico, tal y como lo indican las emergencias a nivel nacional, que en un 72% tienen relación con fenómenos de esta naturaleza.  Esto dijo: “Los glaciares tropicales que hoy todavía abundan en Perú podrían desaparecer por completo y crear escasez en toda la costa. Los cambios de los patrones meteorológicos afectan la agricultura; este puede traer beneficios, como la posibilidad de cultivar en alturas especias hoy reservadas para la costa, pero también efectos negativos, como plagas en zonas hoy libres de estas”.

En efecto, los glaciares tropicales que hoy todavía abundan en Perú y otros países de América Latina podrían desaparecer por completo y crear escasez no sólo en la costa, donde se manifestaría primero, sino también en la sierra y selva. Los cambios de los patrones meteorológicos afectan la agricultura; este puede traer beneficios, como la posibilidad de cultivar en las alturas especies hoy reservadas para la costa o las zonas andinas tempaldas; pero también efectos negativos, como la proliferación de plagas y enfermedades en zonas hoy todavía  libres de estas fuerzas.

La subida del nivel del mar afectaría, sin duda alguna, a todas las ciudades costeras del litoral y las alteraciones climáticas repercutirían negativamente en todas las especies vivientes, incluyendo la humana.
Vulnerabilidad del Perú ante el cambio climático

De acuerdo a la Convención Marco de las Naciones Unidas al Cambio Climático, el Perú presenta siete de las nueve características necesarias para calificar a un país como “particularmente vulnerable” al cambio climático. Es por ello que es considerado el tercer país más vulnerable al cambio climático, luego de Bangladesh y Honduras. 

Esta condición es crucial para el Perú, por ser un país megadiverso, con ecosistemas de importancia no sólo local sino global. Por un lado, se afectarían los ecosistemas naturales que brindan bienes y servicios ambientales como la regulación hídrica, o variedades genéticas de plantas y animales; y por otro lado las actividades económicas y la vida de la población se vería afectadas, menoscabadas. 

Pedro Ferradas Mannucci, gerente del programa de Gestión del Riesgo y Adaptación al Cambio Climático de Soluciones Prácticas considera que el cambio climático impacta negativamente en el PBI. De acuerdo con sus estimaciones, en el 2030, bajo un escenario de cambio climático, el PBI que se obtendría bajo un escenario de cambio climático, sería 5,7 % y 6,8% menor al que se obtendría sin el referido fenómeno.

A ello podría sumarse e problema de los conflictos humanos generados por el cambio climático en las relaciones sociales de propiedad y tenencia en torno a la disponibilidad y uso de los recursos naturales en franca disminución.

Referencias

(1) http://econoblognet.blogspot.com/2013/12/costo-del-cambio-climatico-en-el-peru.html
(2) http://www.ipcc.ch/pdf/assessment-report/ar4/syr/ar4_syr_sp.pdf

(2) http://elcomercio.pe/noticias/cambio-climatico-516700



VÍDEO: Cambio Climático - Documental de National Geographic

martes, mayo 31, 2016

SEMBLANZA DEL TERREMOTO DE ÁNCASH DEL 31 DE MAYO DE 1970. EL DÍA T

Hace 48 años, un día como hoy, ocurrió un grave desastre en el norcentro del Perú causado por la fuerza de la hasta hoy imprevisible y siempre indomable naturaleza. El apocalíptico terremoto del 31 de mayo de 1970 se desencadenó y sacudió no solo Áncash, sino otros tres departamentos del país: Lima Huánuco y la Libertad. 










Las ciudades de Huaraz, Yungay, Chimbote y el pueblo de Cátac resultaron entre las más afectadas. Y como si esto fuera poco, un enorme alud se precipitó desde las cumbres de Huascarán norte y sepultó tanto a la hermosa ciudad de Yungay como al sufrido y estoico pueblo de Ranrahica con casi todos sus habitantes. El saldo de la catástrofe en todo el territorio afectado fue gravísimo: más de 70 mil muertos, 143 mil heridos, 800 mil damnificados y 3 millones de afectados en las áreas urbanas y rurales del territorio indicado.

Lo que pasó fue desgarrador, penoso e increible, probablemente para todos los que quedamos con vida. Se trató de la mayor hecatombe sufrida por el pueblo peruano durante el siglo XX y lo que va del siglo XXI, Fue tambien catalogada como una de las más graves y desastrosas de latinoamérica y del mundo. Hoy nos toca hacer una mirada retrospectiva a lo vivido, a lo sufrido en ese infierno de mayo, y emitir algunas lecciones aprendidas para las nuevas generaciones.

HOMENAJE A LOS CAÍDOS UN DÍA COMO HOY

La ocasión es propicia para rendir homenaje a los más de 70 mil muertos en ese apocalíptico día, El Día 31M un contingente humano valioso que se perdió para siempre y en el cual se cuentan a muchos parientes, amigos, vecinos, maestros y conciudadanos, de cuyos rostros alegres y risueños me recuerdo siempre. Si materialmente ya no están con nosotros, lo están espiritualmente, animándonos a seguir adelante. Fueron y son los hijos queridos de nuestro amado pueblo, a quienes la naturaleza arrebato la vida, así, de repente en un chasquido de los dedos. Otros podrían habernos contado entre ellos de no haber mediado el milagro de la vida y esperanza. 

Por eso mismo, a los que sobrevivimos el fatídico azote de la naturaleza, nos corresponde recordarlos con añoranza, con afecto y con la tristeza de ya no gozar de sus gratas presencias, pero también con el deseo de no volver a sufrir lo ya sufrido y mucho menos que nuestros hijos e hijas padezcan lo que padecimos. A ellos le toca ahora y mañana seguir hilvanando los lazos que unen a nuestro pueblo y visionar un futuro común deseable y posible.

LECCIONES APRENDIDAS Y POR APRENDER

Este día es también propicio para, reflexivamente, reconocer que aún viviendo los momentos más aciagos y duros, fuimos testigos de experiencias sociales muy gratas, entre ellas de solidaridad. La ayuda al prójimo del resto del mundo se hizo presente, aún de los lugares más distantes y diferentes y asumiendo riesgos e incertidumbres. Los pueblos del mundo nunca escatimaron esfuerzos para ayudarnos con alimentos, abrigo, medicinas, carpas y hasta hospitales íntegros. Ahí destacan las ayudas de Cuba en Recuay y Carhuaz con la dotación de hospitales que aún existen hoy, los Estados Unidos, Francia, los países latinoamericanos con una diversidad de útiles, de Suecia en Recuay y Cátac con la construcción de viviendas antisísmicas de bajo costo, y tantos otros países hermanos que nos extendieron la mano amiga ofreciéndonos apoyo. Aquí es preciso resaltar la acción valerosa de los especialistas rusos que en misión de ayudarnos en la hecatombe perdieron  la vida por nosotros en pleno vuelo. Ellos fueron y son los verdaderos mártires de la solidaridad humana. ¿Cómo olvidarlos? Todos ellos merecen nuestro mayor aprecio y reconocimiento, por siempre.

El apocalipsis del norcentro del Perú también generó valiosas lecciones de vida a todos los sobrevivientes, las cuales debemos seguir aprendiendo y reaprendiendo generacionalmente no sólo para enfrentar similares situaciones de desastre natural o inesperados siniestros y evitar las muertes masivas, sino también para prevenir futuros eventos análogos que causan dolor y muerte. Por eso, a los salidos de la catástrofe nos corresponde inculcar a las próximas generaciones la responsabilidad tanto social como individual en la construcción de la infraestructura social y productiva, la planificación urbana y rural, el monitoreo del crecimiento urbano con vivienda seguras, de la fuentes de desastres naturales y probables siniestros y, como no, de alistamiento social ante las contingencias. 

La responsabilidad social y la solidaridad humana van siempre de la mano antes, durante y después de las tragedias como las ocasionadas por el terremoto y aluvión de 1970. Lo que nos queda es propiciar esa fusión y manifestación social en el momento oportuno y con el fin de minimizar las pérdidas humanas, materiales y espirituales. La planificación y precaución deben preceder al crecimiento de nuestras ciudades.


Pablo Neruda cantó ante la desgracia peruana de 1970

Pablo Neruda vino varias veces al Perú y, como lo tiene registrado El Comercio, “la última vez lo hizo desde Italia para dar un recital y colaborar con los damnificados del terremoto del 31 de mayo de ese año. Neruda hizo suya la noche del sábado 11 de junio, desde las 7.30 pm, y por casi hora y media recitó 14 poemas en el salón de actos del colegio Santa Úrsula de Lima».


Por ese invalorable gesto, nuestra eterna gratitud a Pablo Neruda, el cantor del pueblo, de los humildes y desvalidos, el Cantor de América. Colosal poeta latinoamericano de todos los tiempos y espacios. Gratitud por haber acudido en el momento más apremiante para apoyar a los miles de damnificados –yo fui uno de ellos- donde murieron 70 mil personas, 143 mil quedaron malheridos y 3 millones afectados. Incansables gracias a nombre de mi gente y el mío propio por esa actitud tan humana y solidaria con nosotros, tus hermanos ancashinos. 

Pocos hombres hacen algo semejante y él fue excepcional. También lo fueron los rusos que murieron en su intento de llegar a tierras peruana para ayudarnos en esos infernales días. Neruda: fuiste, eres y serás uno de los poetas más grandes y humanos del mundo; y los voluntarios rusos, lo héroes de la solidaridad humana. Hasta siempre genio.

Enlace clave: 

HUERTA, E. Semblanzas de Áncash del terremoto del 31 de mayo de 1970. En 





https://es.scribd.com/doc/314320051/Ancash-Semblanzas-Del-Terremoto-Del-70-El-Dia-T





Vídeo inédito: Huaraz inmediatamente después del terremoto de 1970


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SIERRA ANDINA

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