En los últimos tiempos el costo de vida en el Perú está creciendo más y más. Los precios de los bienes de consumo subieron, en promedio, 1.49% en el 2005; 1.14% en el 2006, 3.93% en el 2007; y en lo que va del 2008, según el último reporte del BCRP (8-Feb-2008), la inflación de enero fue de 0.91% y anualizada, 4,82% y, más aún, a febrero, según el INEI, la inflación acumulada es ya de 1.24% y anualizada de 5.98%, con una clara tendencia a seguir creciendo en los próximos meses, tal como se muestra en el gráfico elaborado con datos oficiales y recientes.
A nivel nacional, según el Informe Técnico del INEI (4-Feb-2008), la inflación de enero último fue del 5.2%, contribuido principalmente por las alzas de precios en Moquegua, 11.17%; Cuzco, 9.47%; Arequipa, 9.39%; Ica, 8.25%; Huaraz, 8.03%, entre otras ciudades, lo cual, evidentemente, viene afectando diferenciadamente a los hogares peruanos, sobre todo a los más humildes, cuyo presupuesto se destina casi todo a los rubros de alimentación, vestuario, transporte y educación, que son los rubros que más se están encareciendo en éstos meses.
Teniendo en cuenta aquello, es razonable el temor de las amas de casa de que podría estar renaciendo la inflación en nuestro país, haciendo pensar en el doloroso pasado hiperinflacionario que experimentamos a fines de los 80s y teniendo en cuenta el "efecto contagio" de la actual crisis económica norteamericana de estanflación (recesión con inflación cuyo ciclo está impulsado por el derrumbe del mercado hipotecario y el crecimiento del precio mundial del petróleo) que, según los indicadores macroeconómicos, aún no toca el fondo del abismo.
Probablemente las últimas convulsiones sociales que vienen asolando al Perú, coincidentemente en las ciudades y departamentos con mayor inflación anualizada, sean un efecto -al menos en parte- del recrudecimiento de la indeseable inflación y el consiguiente alza del costo de vida, lo cual debe ser tenido en cuenta por las autoridades económicas y políticas del País con el fin de anticiparse al agravamiento del problema y no ignorarlo solo porque el Producto Bruto Interno Crece, pero crece casi únicamente para los más ricos del país.
A nivel nacional, según el Informe Técnico del INEI (4-Feb-2008), la inflación de enero último fue del 5.2%, contribuido principalmente por las alzas de precios en Moquegua, 11.17%; Cuzco, 9.47%; Arequipa, 9.39%; Ica, 8.25%; Huaraz, 8.03%, entre otras ciudades, lo cual, evidentemente, viene afectando diferenciadamente a los hogares peruanos, sobre todo a los más humildes, cuyo presupuesto se destina casi todo a los rubros de alimentación, vestuario, transporte y educación, que son los rubros que más se están encareciendo en éstos meses.
Teniendo en cuenta aquello, es razonable el temor de las amas de casa de que podría estar renaciendo la inflación en nuestro país, haciendo pensar en el doloroso pasado hiperinflacionario que experimentamos a fines de los 80s y teniendo en cuenta el "efecto contagio" de la actual crisis económica norteamericana de estanflación (recesión con inflación cuyo ciclo está impulsado por el derrumbe del mercado hipotecario y el crecimiento del precio mundial del petróleo) que, según los indicadores macroeconómicos, aún no toca el fondo del abismo.
Probablemente las últimas convulsiones sociales que vienen asolando al Perú, coincidentemente en las ciudades y departamentos con mayor inflación anualizada, sean un efecto -al menos en parte- del recrudecimiento de la indeseable inflación y el consiguiente alza del costo de vida, lo cual debe ser tenido en cuenta por las autoridades económicas y políticas del País con el fin de anticiparse al agravamiento del problema y no ignorarlo solo porque el Producto Bruto Interno Crece, pero crece casi únicamente para los más ricos del país.
INFLACION PERUANA: LA TERCERA MÁS ALTA DEL MUNDO EN LOS ÚLTIMOS 45 AÑOS
De otro lado y aunque parezca increíble, en los últimos 45 años la Inflación del Perú sobrepasó la astronómica cifra de 216.144.603.134% (vale decir dos cientos dieciséis mil ciento cuarenta y cuatro millones seiscientos tres mil ciento treinta y cuatro por ciento – 12 dígitos) sólo superado mundialmente por las inflaciones de Brasil y Argentina durante el mismo período, según los hallazgos de un estudio del banco Bradesco difundido el jueves pasado por el diario Folha de Sao Paulo (1).
El citado estudio analiza a nivel internacional el alza de costo de vida entre los años 1961 al 2006 y halla que los países con más inflación en el mundo, durante ese período son cuatro y de latinoamérica: Brasil, Argentina, Perú y Uruguay. En quinto lugar se ubica Turquía y en sexto lugar, Chile.
Ciertamente las astronómicas cifras de inflación de los citados países tienen mucho que ver con las inflaciones galopantes e hiperinflaciones que sufrieron muchos hogares en las décadas de los 70s y 80s, y particularmente en el Perú durante el anterior período de gobierno aprista e inicios del fujimorismo que aplicó el "shock" para detenerla.
La inflación brasileña aventaja a todas las demás al totalizar 14.210.480.006.034.800%, según el contenido del informe. "Es un resultado cósmico y para medirlo es preciso recurrir a unidades de astronomía", comentó sarcásticamente el director de Economía de la organización industrial CIESP, al ser entrevistado por el antes mencionado diario paulista.
Por su parte y con mucho acierto, Octavio de Barrós, director de Estudios Macroeconómicos del Bradesco, señaló que esas elevadas cifras, junto con "la negligencia en áreas como la educación", ayudan a explicar los enormes abismos económicos y sociales que persisten en América Latina. No olvidemos que el continente sudamericano está marcado como el más inequitativo a nivel mundial, en cuanto a distribución de la riqueza se refiere.
Distamos "años luz" del otro extremo en el que se ubican los países con menores índices inflacionarios, entre los que destaca Noruega, que sólo acumuló un alza de 916%, seguido por Suecia con 922%, y Australia y Dinamarca terceros ambos con 1.018% de inflación en los 45 últimos años(2), gracias a un estricto control de precios con mecanismos de mercado y públicos, unido a eficaces políticas de crecimiento económico, distribución equitativa del ingreso y, por supuesto a políticas sociales de bienestar, todo lo cual explica la decorosa calidad de vida de sus habitantes, constituyendo un ejemplo digno de ser imitado por los países proclives a enfermar de inflación, entre los cuales figura el nuestro.
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(1) http://www.surnoticias.com/modules.php?name=News&file=article&sid=2755
(1) http://www.surnoticias.com/modules.php?name=News&file=article&sid=2755
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