Alain de Janvry, Co Director del Reporte de Desarrollo Mundial 2008 y profesor de Economía Agrícola y Recursos de la Universidad de Berkeley, en su Conferencia Magistral de ayer en Lima “Situación de la Agricultura Mundial y sus Efectos en América Latina”, con ocasión de la Clausura del XIX Seminario Anual CIES 2008, denunció que la crisis de la agricultura mundial se está agravando en las últimas décadas por descuido del Estado, la Empresa Privada, las ONGs y los profesionales al permitir el aumento de la pobreza rural y la vulnerabilidad de la población y no hacer algo importante por detenerla, por lo que recomendó a dichos actores unificar esfuerzos y emprender acciones estratégicas para solucionarla.
El descuido de la agricultura y la alimentación mundial
En su ponencia, el doctor Alain de Janvry manifestó que en los últimos 25 años, después de la crisis de la deuda, es perceptible el descuido creciente de la agricultura por parte de los referidos actores sociales, quienes se preocupan cada vez menos por ella y están permitiendo el aumento de la pobreza y la inseguridad alimentaria mundial. Son pocos los que se libran de esta irresponsabilidad, entre ellos los de China, país que en los últimos treinta años muestra importantes avances en la superación de la pobreza rural vía la liberalización del acceso a la propiedad de la tierra, las inversiones agrícolas y el aumento de la productividad.
Causas de la crisis agrícola y alimentaria
El Co-Director del Reporte de Desarrollo Mundial 2008 “Agricultura para el Desarrollo”, precisó que entre las causas de la crisis destacan los precios inestables de los alimentos, los cambios estructurales en la demanda (los bioenergéticos, la debilidad del dólar, etc) y los cambios estructurales en la oferta (fallos en las actividades agrícolas, cambio climático, entre otros factores). A ello se suman los enlaces de la crisis de la agricultura con con otras crisis: energética, económica y financiera.
Empero, gran parte de la crisis alimentaria mundial se explica por el alza de los precios de los alimentos en los últimos tres años: el precio del arroz se triplicó y el del trigo, se duplicó. Aunque en los dos últimos meses se nota un descenso, no se espera que vuelva al estado inicial, sino más bien una tendencia alcista y una mayor inestabilidad de precios que se traducirá en inseguridad alimentaria en un contexto de tanta volatilidad, expresó el doctor De Janvry.
El referido investigador agrario aseveró que esta crisis agroalimentaria está cobrando un elevado costo social: el encarecimiento de los alimentos que consumen los pobres, la mayor vulnerabilidad de esa población (los niños que salen de la escuela nunca más se recuperan de las secuelas de la desnutrición y el hambre), y también el costo es económico y político (inflación, déficit de la balanza de pagos y creciente gasto público) que muchas veces estallan en “cacerolazos” y protestas populares como ocurre frecuentemente en América Latina, señaló.
La vulnerabilidad es el tema central de hoy
El doctor De Janvry sostuvo que el agravamiento de la crisis exige dar mayor importancia a la seguridad alimentaria, que no significa volver a la autosuficiencia alimentaria aunque sí a un nivel de autoabastecimiento razonable para cubrir el déficit de alimentación admitiendo el comercio internacional. Sin embargo esto requiere la presencia de un Estado fuerte y proclive a la seguridad alimentaria, lo cual no se advierte en la actualidad, afirmó.
Puntualizó asimismo que en estos años, si bien el crecimiento económico ha sido importante, este no se ha traducido en una disminución significativa de la pobreza rural, la cual es elevada: 41% en América Latina y 72% en el Perú. Es un contingente de población que tiene menos de un dólar de ingreso por día, cuya situación preocupa sobremanera y es irónica
Propuestas de solución a la crisis agroalimentaria mundial
En su conferencia, De Janvry recomendó a los representantes del Estado, empresas privadas, ONGs y profesionales, tomar acciones estratégicas en lo siguiente: 1) invertir decididamente fondos públicos y privados en la agricultura; 2) llevar a acabo las reformas de segunda generación; 3) emprender profundas reformas estructurales para aprovechar el potencial de crecimiento agrícola y poner mayor énfasis en la seguridad alimentaria; y 4) rediseñar la institucionalidad pública para garantizar el apoyo a la agricultura.
Aseguró que existen profundas debilidades estructurales en la agricultura y la necesidad de emprender reformas económicas importantes; pero para ello se necesita de un Estado fuerte con alta disposición a favor de los pueblos, que impulse el desarrollo agrario, oriente al mercado y supla sus fallas e imperfecciones, fomente un clima de inversión y propicie la colaboración entre el sector público y privado.
De Janvry abogó por reconfirmar la institucionalidad pública en apoyo al crecimiento agrícola y la lucha contra la pobreza rural. El crecimiento agrícola debe ser el instrumento mayor para este efecto, por cuanto la agricultura de América latina y particularmente el Perú tienen un importante potencial sub-utilizado.
Agenda y rol de las Universidades para apoyar el desarrollo agrícola
El destacado conferencista magistral de la Universidad de Berkeley e invitado especial del CIES concluyó su disertación en Lima, señalando pautas para implantar exitosamente la agenda y el rol de la universidad en el apoyo a la agricultura, entre ellas, desarrollar el conocimiento de los agentes agrícolas; crear espacios de trabajo con ellos; desarrollar capacidades de investigación aplicada, renovar equipos; y lograr apoyo político para impulsar sus acciones.