Aunque la economía estadounidense entró en recesión en diciembre del 2007, recién se ha declarado oficialmente en tal estado, luego que la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas de los Estados Unidos, NBER (por sus siglas en inglés) reconociera la inocultable caída del Producto Interno Bruto (PIB) en 0.06% del trimestre II al III de 2008, tal como se desprende de las cifras del gráfico adjunto (1). Así finaliza el crecimiento económico de los últimos 73 meses. Surgen estas preguntas: ¿Cómo afectará esta caída declarada al mundo?, ¿Hasta cuando seguirá cayendo dicha economía? ¿cuál es la salida más eficaz y eficiente socialmente?
Un año de recesión, un año de grandes problemas e incertidumbres
En verdad, como lo indicamos en varios artículos precedentes en esta misma página, la recesión de la economía más grande del mundo era una realidad, al punto que cumplió su primer año de existencia. Lo que se hizo la NBER fue oficializar lo que la gente percibía y lo sentía en carne propia, aunque las autoridades del país dudaban en reconocerlo y eufemísticamente la llamaban “desaceleración económica”. El agravamiento del desempleo (que creció en 6.4% entre setiembre y octubre del 2008 y 33% entre enero y octubre del mismo año, al pasar de 7.6 a 10.1 millones de desempleados, según cifras oficiales del Departamento de trabajo de EE.UU. ¡ dos millones y medio de desempleados más en un año!) y los datos ambiguos sobre la producción justificaron la decisión.
¿Cómo debía llamarse a una situación económica en la que hay un fuerte aumento del desempleo, una caída del consumo personal (principalmente de los bienes durables), la disminución de las ventas de bienes y servicios, de las inversiones en viviendas, el desplome de los precios de las viviendas y del petróleo y el retroceso de las bolsas de valores? Evidentemente, recesión.
Necesidad de redefinir la Recesión
Sin embargo, lo singular del reconocimiento de la situación de recesión no tiene que ver con la definición ortodoxa que alude a los dos trimestres consecutivos de caída en el PIB (2). La economía norteamericana crecía cerca de 3 % a finales de 2007 y, a la fecha, todavía no completa dos trimestres consecutivos de descenso; empero, ya estaba en recesión.
¿Cómo catalogar de recesión a una economía cuando ella está creciendo? He aquí el detalle. El caso es que la medición estadística de la economía se ha quedado corta ante el efecto del crecimiento de las exportaciones en esta era de la globalización.
Si bien es cierto que la economía estadounidense estaba cayendo desde 2007, el PIB no lo reflejaba porque el fuerte crecimiento de las exportaciones lo ocultaba. Así es, el comportamiento de las ventas al exterior encubría estadísticamente una realidad obvia para cualquier ciudadano de Estados Unidos o un estudioso de la economía mundial.
La declaratoria de recesión de la NBER pone en claro de que la trayectoria del PIB no es necesariamente el mejor indicador para evaluar el desempeño y la dirección de la economía; por el contrario, parece ser irrelevante y secundario. A pesar de todo, reconocer esta situación especial podría tener consecuencias diversas para la política económica.
La implicancias mundiales de la recesión declarada
Ante la declaratoria de recesión de la NBER, se advierte casi automáticamente la rápida caída de los mercados bursátiles del globo: la merma de la bolsa japonesa Nikkei fue ayer del 6.35%, la de Hong Kong, del 5%, la de Londres, 1.6%, según datos de El Financiero en Línea (3). Los mercados se están resintiendo por la caída del producto nacional estadounidense: los precios del petróleo crudo bajaron ayer al 41.6 US $ el barril, el nivel más bajo desde hace cuatro años, según la OPEP.
Desde su parte, la Organización de Naciones Unidas adelantó este último lunes que el crecimiento económico mundial se desacelerará al 1% en el 2009, desde el 2,5% previsto para el 2008, debido a la crisis financiera, advirtiendo que la economía global podría contraerse si los paquetes de estímulo terminan siendo insuficientes y tardíos (4).
Al parecer los efectos negativos serán diferenciados en las diversas economías del globo, según la fortaleza o debilidad que muestran a esta hora de la crisis. Algunos de los países de América Latina, entre los cuales se cuenta a Chile, México, Perú y Brasil, podrían soportar mejor los efectos adversos de la crisis, otros en menor medida, aunque mucho depende de las reacciones internas de la gente y la capacidad gubernamental de las autoridades económicas.
Primeras respuestas mundiales a la recesión declarada
Por su lado, algunos países desarrollados esperan, en respuesta a la crisis, que los bancos centrales de Gran Bretaña, la zona euro, Australia y Nueva Zelanda bajen las tasas de interés esta semana para motivar la inversión y el consumo, mientras Japón busca alternativas para ayudar a sus alicaídas empresas (5).
Los países centroamericanos se alistan a mantener una reunión para definir respuestas conjuntas y enfrentar a la crisis.
Parece que nos espera una noche fría y obscura, ojalá no muy prolongada. Preparémonos para pasarla sin mayores tropiezos y esperar un nuevo amanecer.
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(1) http://www.gpoaccess.gov/indicators/08octbro.html
(2) La macroeconomía considera que la recesión es un periodo de decrecimiento del Producto Interior Bruto de una economía. La Oficina Nacional de Investigaciones Económicas (National Bureau of Economic Research) de Estados Unidos considera recesión cualquier decrecimiento continuado de la actividad económica durante dos o más trimestres consecutivos. En http://es.wikipedia.org/wiki/Recesión