Hace una semana que la calificadora “Standard
& Poors” bajó de categoría la solvencia crediticia de EE.UU. de AAA a AA+. desde entonces
diversos medios de comunicación prestigiosos como The Economist, New York
Times, El País de España, Universal de México, BBC de Londres, The Guardian informaron
de esta noticia en sus titulares. Inmediatamente, salieron los estudiosos del
mercado a interpretar la situación real. La mayoría de ellos señala que el problema
de la deuda es un asunto fiscal de
exceso de gastos; pero no se han atrevido a decir que, en el trasfondo de esta
crisis, subyace el cuestionamiento del llamado “Estado del Bienestar”, con una población desempleada de 9.1%, en el
segmento de los jóvenes 25%; afro-americanos, 15.9%; e hispanos, 11,3%, según
datos del propio Ministerio del Trabajo de EE.UU. a julio de 2011.
Es necesario recordar que la definición el
concepto de grado de inversión alude a
que “….puede considerarse como la "nota aprobatoria" otorgada por las
agencias clasificadoras de riesgo a la deuda de un país; o sea, que estas
agencias afirmen que tienen confianza en que las obligaciones estudiadas serán
cubiertas oportunamente por el país deudor….”. Las calificaciones van de desde
AAA (óptima) y D (desaprobatoria), para lo cual toman factores tales como:
crecimiento y estructura económica, flexibilidad monetaria y fiscal, niveles
relativos de endeudamiento, liquidez y otros más.
El anuncio de la rebaja en la calificación de la
solvencia crediticia de la más grande economía del mundo ha creado una terrible
incertidumbre entre los agentes económicos, al punto de producir un derrumbe de
los principales mercados bursátiles del planeta, lo cual que a su vez está
remeciendo a las diversas economías del mundo. Parece que estos hechos, unidos
a la ola de protestas masivas contra el sistema iniciados por los “Indignados
de España” y replicados en varios países, son evidencias de que el modelo
imperante está desgastado y no da para más. Ya empiezan a surgir fuerzas
renovadoras que reclaman un gran cambio hacia un mundo más solidario y justo y
no especulativo.
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