El presidente Barack Obama promulgó la Ley para elevar el techo de la deuda de 14.3 a 16.7 billones de US $, inmediatamente después de la votación del Senado de 76 a favor y 26 en contra y de dar un mensaje a la nación desde la Casa Blanca sin esconder su alivio porque esta decisión abortó el cataclismo económico de los Estados Unidos. Manifestó que el desenlace permitirá a su presidencia dedicarse a prioridades como nuevos empleos, salarios altos y un rápido crecimiento económico; sin embargo, los principales indicadores bursátiles como Dow Jones, Nasdaq y Standard & Poor’s todavía se mantuvieron a la baja con pérdidas mayores al 2 %.
Deuda de los
Estados Unidos al 06-Jun-2011:
14,344,658,255,226.84
Senado
norteamericano abortó el temido cataclismo
El
Senado puso así fin a la eventualidad del primer incumplimiento de las
obligaciones financieras en la historia de Estados Unidos, lo que estaba generando
incertidumbre en los mercados internacionales. El líder de la mayoría demócrata
del Senado, Harry Reid, declaró en la tribuna momentos antes del voto que
Estados Unidos estuvo “al borde del desastre” y reconoció que el acuerdo no fue
perfecto.
El
techo de la deuda era de 14.3 billones de US $ y, por el acuerdo, aumentó a 16.7
billones de US $, lo cual deberá cubrir las necesidades de la deuda del Tesoro
hasta el año 2013.
Es
más, el arreglo autoriza un plan de recorte de gastos de un billón de dólares
en 10 años y establece una comisión bipartidista para identificar 1.5 billones adicionales
y una reforma fiscal, en un reporte que debe ser entregado en noviembre y
votado en diciembre próximo (1).
Es
previsible que si demócratas y republicanos no forman un consenso sobre los
recortes de gasto, esto podría poner en riesgo los gastos sociales dirigidos
principalmente a las clases media y baja de la nación, asimismo los gastos
domésticos y los de defensa y sin tocar el Medicare o Seguro Social.
Llama
la atención que esta decisión del Senado no incluya ningún componente de aumento
de impuestos a los más ricos, como deseaba la Casa Blanca, ni recursos para
crear empleos, a pesar de que el desempleo bordea el 9.2% de la fuerza laboral
y el crecimiento económico registrado alcanza apenas al 1.3%, según fuentes
oficiales.
La
crisis de la deuda que palpitó durante varias semanas prácticamente agotó las
energías políticas de los gobernantes de los EE.UU, pero ha servido para
situar a los dos grandes partidos norteamericanos: Demócrata y Republicano,
en sus posiciones de salida frente a la campaña electoral de 2012 y,
especialmente, para confirmar al Presidente Obama como aspirante a la
reelección con una imagen de candidato de centro.
De
esta manera, dichos partidos inician lo que será una dura y tal vez
encarnizada competencia entre dos modelos muy diferentes de
Estado y dos visiones contradictorias sobre los EE. UU. del futuro.
"Reducir el déficit es parte de la agenda, pero no es toda la agenda. Hay
que hacer mucho más para asegurar el crecimiento económico", dijo ayer el
presidente como anuncio de la principal misión que hay por delante (2).sin embargo, la reducción del déficit puede hacerlo vulnerable ante la inconformidad de la población mayoritaria por la reducción de los gastos sociales.
El
plan también llama a ambas cámaras del Congreso a votar una enmienda a la
Constitución sobre presupuesto equilibrado para fines de año, momento en que puede volver a recalentarse el ambiente político. Es poco probable
que ésta consiga los dos tercios de los votos en cada cámara necesarios para su
aprobación, pero su inclusión podría hacer más fácil que los conservadores
apoyen el acuerdo total.
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(*)Decano de la
Facultad de Economía y Contabilidad y Past Rector de la UNASAM.
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