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martes, septiembre 23, 2014

LAS PRUEBAS PISA Y LA CRISIS DE LA EDUCACIÓN EN AMÉRICA LATINA

          “La educación que recibas hoy, será tu economía mañana”

Andreas Schleicher

De la OCDE, Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo, quien se ha convertido en uno de los personajes más influyentes de la educación en el mundo.

Un hallazgo relevante y demoledor del último Informe PISA 2014 es que la población estudiantil joven de América Latina, en  comparación a los de otros hemisferios y continentes, resuelve pésimamente los problemas prácticos y cotidianos. Este nuevo resultado, unido a los de años anteriores, no hace sino confirmar y hacer evidente la crisis por la que atraviesa la educación latinoamericana, una situación sumamente delicada que se viene agravando desde hace un buen tiempo, asociada íntimamente a la desigualdad entre ricos y pobres dentro de los países y entre países, que no tiene visos de solución, sino por el contrario, de complicación.


¿Qué es el informe PISA?

El Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA (por sus siglas en inglés: Programme for International Student Assessment) se basa en el análisis del rendimiento de los estudiantes a partir de unos exámenes que se realizan cada tres años en un grupo de países, con el fin de determinar la valoración internacional de la educación de los alumnos. Es llevado a cabo por la OCDE, Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo, que se encarga de aplicar las pruebas estandarizadas a los estudiantes de 15 años. Aunque dicha prueba es considerada como un sistema de evaluación y comparación "objetivo”, su formulación no está libre de críticas, por cuanto muchos lo consideran un análisis esencialmente cuantitativo (1).

El informe presentado en marzo último es la segunda oleada de resultados del Informe PISA 2012 relativos al área transversal de 'resolución de problemas'. Como en otras oportunidades, el informe protagonizó las portadas de los periódicos, los informativos televisivos y las tertulias de los académicos y ciudadanos del día a día, y no en vano, pues se trata de la mejor herramienta con la que se cuenta hasta ahora para aproximarse al conocimiento del éxito o fracaso de los sistemas educativos, a pesar de que muchos académicos no lo consideran del todo confiable.

¿Quiénes rinden la prueba PISA?

En las pruebas PISA sólo participan los países que quieren someterse voluntariamente a la evaluación. Perú es uno de los países menos desarrollados que tuvo la valentía de someterse a la prueba, junto a un grupo de países latinoamericanos. El propósito es averiguar si los estudiantes jóvenes de 15 años están adquiriendo las habilidades y los conocimientos necesarios para afrontar las exigencias del futuro.
La evaluación se enfoca en los procesos cognitivos que intervienen en la resolución de problemas prácticos; es decir, se evalúa la exploración, comprensión, representación, formulación, planificación, ejecución y reflexión, entre otras exigencias para resolver los problemas. Se espera que los estudiantes primero observen e interactúen con el problema y luego formulen una hipótesis para resolverlo. El estudiante tiene la posibilidad de simular situaciones para resolver el problema empleando un computador.

¿Qué preguntas se hacen en la prueba PISA?

¿Qué tarifa es la más barata combinando varias ofertas de transporte público? ¿Por qué falla un dispositivo electrónico? ¿Cuál es la ruta más rápida entre una serie de mapas propuestos para llegar a un destino determinado? ¿Cómo programar un termostato para encontrar la relación más adecuada entre temperatura y humedad?, fueron entre otras preguntas las que se hicieron en la última prueba.
De acuerdo con el estudio, sólo uno de cada cinco estudiantes fue capaz de resolver problemas sencillos en entornos que le son familiares. En ese contexto, los estudiantes latinoamericanos son capaces de decidir una ruta entre varios itinerarios que ya aparecen establecidos, pero se verían en dificultades para encontrarla en circunstancias que les obliguen a abstraer opciones o en las que surjan complicaciones imprevistas. Comparativamente, los estudiantes asiáticos, europeos y norteamericanos están en mejores condiciones.

Los resultados de PISA

Los resultados divulgados en el Informe PISA de marzo de 2014 ubican a los estudiantes de Singapur y Corea del Sur, seguidos por los de Japón, con la puntuación más alta, en relación a los 44 países y economías que rindieron la prueba. Los resultados indican que el rendimiento obtenido en la resolución de problemas se relaciona “positivamente” con el rendimiento en otras asignaturas evaluadas.
En cuanto a América Latina, los resultados indican que los estudiantes de esta región están muy a la cola de sus compañeros de los países antes mencionados que, como  ya afirmamos, obtuvieron el más altos rendimientos. Los magros resultados de los latinoamericanos, por cierto, reiteran los hallazgos de años anteriores con pruebas similares aplicadas en materia educativa (2).

Chile, aunque muy por debajo de la media de la OCDE, se ubica educativamente como el país “menos malo” de América Latina, al seguir teniendo los mejores resultados, tanto en resolución de problemas cotidianos como en comprensión lectora, matemática y científica que los estudiantes de otros países latinoamericanos.

El informe PISA también señala a Brasil como uno de los países de la región que más ha avanzado en materia educativa desde 2003 y con una mejor puntuación obtenida en la última prueba.

En comparación con otros estudiantes de la región de parecida formación académica, tanto los brasileros como los estadounidenses son los que mejor se desenvuelven frente a las dificultades e inconvenientes que exigen explorar nuevos caminos y hacer uso de la experiencia acumulada en esa exploración, sostiene el informe, cuyos resultados se muestran a continuación:.




Los resultados reflejan indiscutiblemente las desigualdades educativas imperantes en América Latina, estrechamente unidas o derivadas de las elevadas desigualdades de ingreso que prevalecieron en los años ochenta durante la “década perdida” dentro de los países y entre países y, a pesar de que en la primera década del siglo XXI, la región experimentó una etapa caracterizada por una disminución en la pobreza (medida por ingresos) y en otros indicadores de privación material, así como por una caída en la desigualdad. Esta reducción estuvo vinculada con dos factores: por un lado, la mayor parte de las economías de la región experimentaron altos niveles de crecimiento económico, acompañados de expansiones en el empleo y en los ingresos laborales; por otro lado, la mayoría de los países incrementaron el gasto social y pusieron en marcha amplios sistemas de protección social, o extendieron en forma significativa el alcance de los existentes (3); sin embargo estos avances no se reflejan en los logros educativos de los jóvenes, probablemente por el efecto retardado de lo ocurrido en los ochenta.




Aunque el dinero no compre la felicidad humana, ciertamente es un medio importante para alcanzar estándares de vida más elevados y decorosos y, por consiguiente, un mayor bienestar. Contar con recursos económicos más altos puede mejorar el acceso a la educación, a los servicios de salud y vivienda de calidad, además de cubrir los gastos en alimentos, ropas, materiales educativos y vivienda para los integrantes del hogar. Sin embargo y no obstante las mejoras descritas, los ingresos económicos se hallan distribuidos aun desigualmente dentro de los países y entre los países, entre los que se cuentan a los de América Latina, que es parte integrante de la pirámide mundial distributiva. En la OCDE, el ingreso familiar disponible neto ajustado per cápita es de casi  24 mil USD al año, y algunos países como Alemania superan incluso los 60 mil USD al año; y en el Perú, el ingreso medio es mucho menor a 8 mil US D al año, datos que no hacen sino confirmar los recientes hallazgos de  Piketty, Thomas en “El capital en el siglo XXI” y de Stiglitzt,  Joseph en "El precio de la desigualdad".





 Resultados pésimos del Perú y urgencias de cambio

El informe PISA 2012 ubica al Perú, en el ranking mundial, en el último lugar tanto en comprensión lectora como en conocimientos científicos y matemáticos, situación deplorable que refleja indiscutiblemente, por un lado, el abandono  e indiferencia de las autoridades gubernamentales tanto actuales como anteriores, y la desidia del sector privado para lograr una educación nacional de calidad y, por otro lado, la profundidad de la pobreza y la elevada desigualdad que reina en nuestro país pese al mentado crecimiento económico, más allá de las estadísticas oficiales triunfalistas que, de hecho, son de por si  cuestionadas por las evaluaciones mundiales como PISA y de otros temas íntimamente relacionados.

A continuación, las posiciones de los países de América Latina en el ranking mundial educativo, donde Perú "brilla" por su pésima performance.


Al final de este artículos, en el cuadro anexo, se detallan los resultados generales de la evaluación PISA, por materias y según países participantes de la prueba.



¿Sirve PISA para mejorar las políticas educativas de un país?

Los Informes PISA, además de presentar su ya famoso “ranking”, también contienen los análisis sobre cómo deben ser las buenas escuelas, van mucho más allá de lo que permite una aproximación a los datos cuantitativos, ofrecen también un análisis de los sistemas educativos, ideas para mejorar la educación. Sin embargo lo que acapara la atención de los destinatarios del informe son los “rankigns” y pocos o nadie se concentra en el resto del informe. Hasta hay quienes consideran que ese análisis adicional es pura especulación (4 y 5).

A pesar de aquellas apreciaciones peyorativas, no significa que los Informe PISA no sirvan para nada. Lo cierto y sensato es que sus conclusiones no deben ser tomadas como la única forma de conocer los sistemas educativos del mundo y sus avances. No debe olvidarse que la evaluación se concentra esencialmente en conocimientos y competencias de los alumnos de 15 años en matemáticas, ciencia y compresión lectora. No hace otra cosa más, no evalúa la evolución de los estudiantes a lo largo de los años; tampoco se concentra en analizar qué saben de otras materias o si tienen habilidades para la filosofía, la historia, la economía, la creatividad o si cultivan los valores humanos.

Los informes PISA son ciertamente útiles para saber la posición relativa de la educación de un país y sus cambios en el tiempo -como es el caso crítico de los países latinoamericanos-, pero nunca debiera tomarse como la última palabra en materia educativa integral, tal como lo aseveran reconocidos matemáticos, pedagogos y estudiosos sociales. 


¿Qué hacer?

Frente a los hechos observados, es un imperativo planificar y organizar cuanto antes debates participativos y responsables entre los principales actores de la educación y los grupos de interés, ya sean académicos, empresarios y hacedores de la política educativa y social en cada uno de los países latinoamericanos, particularmente en el Perú, con miras a diagnosticar profundamente el problema y crear visiones educativas posibles, probables y preferibles, enfocados en el desarrollo de largo plazo de nuestras sociedades y, a partir de ello, delinear estrategias y políticas que promuevan soluciones razonables, consensuadas y sostenibles, acorde a las condiciones particulares de cada país, considerando entre ellas las grandes metas propuestas por la CEPAL (6) y otros importantes que deben ser alcanzados por los gobiernos y la sociedad latinoamericana:
  • ·     Universalizar la educación inicial o preprimaria;
  • ·         Asegurar el logro universal de la educación primaria;
  • ·         Elevar al 80% o más la cobertura neta de la educación secundaria;
  • ·         Erradicar el analfabetismo de los adultos; y
  • ·         Mejorar la calidad y pertinencia de la educación superior y técnica.

La educación es un factor clave del desarrollo humano que no puede seguir a la deriva como hasta ahora, y en manos de las fuerzas de mercado que, más que "fallos", por su naturaleza tiene sesgos interesados en la acumulación de la riqueza, sin importarle sus consecuencias de desigualdad y pobreza. Para emprender estos cambios es necesaria la intervención de un Estado responsable y comprometido con la población; asimismo de la ciudadanía organizada y la cooperación internacional a fin de superar el problema y enrumbar la educación como un bien social prioritario y esencial para el desarrollo humano en libertad.

Ningún país del mundo ha podido ni puede desarrollarse sin mejorar previamente la calidad de la educación de su gente. Está demostrado históricamente que la educación es y ha sido una piedra angular en el progreso de los pueblos, incluso en épocas de oscurantismo; y lo será más aún en estas épocas de globalización o internacionalización de la economía, de la información y del conocimiento.

Es el momento oportuno para iniciar los cambios si de veras se quiere salvar a las nuevas generaciones de latinoamericanos –particularmente a los peruanos- que, a nuestro pesar,  hoy caminan sin rumbo, incierto y peligroso. De los resultados de la prueba PISA se desprende que, aquellos jóvenes que carecen de aptitudes para resolver problemas, previsiblemente se convertirán, con el paso del tiempo, en adultos y tendrán dificultades para encontrar y mantener un trabajo digno u eventualmente crearlo, y esto repercutirá no sólo en su desarrollo personal, sino en la de sus hijos y de toda la sociedad.


Los problemas de la pobreza y la desigualdad pueden regresar por efecto de la desaceleración económica que viene profundizándose en la región, y las secuelas de éstas pueden cernirse como graves amenazas en el futuro de nuestros jóvenes que, por cierto, constituyen un enorme sector de la población y son la esperanza de nuestros pueblos. Corresponde a nuestra generación promover la superación de la crisis educativa, cueste lo que cueste, y asumir el compromiso social con el futuro que les debe deparar.

Aproximadamente a 50.000 millones de dólares ascienden los recursos totales necesarios para financiar antes del año 2015 las metas educacionales fijadas en diversos acuerdos internacionales, según la CEPAL y UNESCO. Corresponde a los gobiernos asegurar este financiamiento y organizar una gestión más eficaz y eficiente. Invertir mejor, para invertir más es la idea.


 Referencias:
(1)   http://es.wikipedia.org/wiki/Informe_PISA
(2)   http://aquevedo.wordpress.com/2013/12/05/prueba-pisa-2013-pais-por-pais-exito-de-asia-estancamiento-europeo-grave-retraso-latinoamericano/
(3)   http://www.larepublica.pe/04-12-2013/el-peru-baja-dos-puestos-en-educacion-del-63-al-65
(4)   http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-04-01/el-informe-pisa-es-objetivo-los-academicos-se-rebelan_109944/
(5) http://www.tes.co.uk/article.aspx?storycode=6344672








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